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Sunday, November 13, 2005

EL DUEÑO DE LA TIERRA ARGENTINA

November, 2005

Eduardo Elsztain:
el dueño de la tierra en Argentina

“... si los judios europeos tomaron Palestina, los judios de América deben tomar Argentina”.
Arieh Kubovy, en su obra “Seras siempre David”

Recientemente nombrado tesorero del Consejo Judío Mundial, el presidente de IRSA es el ejecutivo hebreo más influyente en el exterior


En los primeros días del año, uno de los mejores regalos que recibió Eduardo Elsztain para su cumpleaños número 45 se lo dio su amigo y socio el judio Edgar Bronfman. El dueño de una de las mayores fortunas del mundo le ofreció al empresario argentino el cargo de tesorero del Consejo Judío Mundial, el poderoso organismo internacional que preside el propio Bronfman. Esta designación es sólo una muestra más del grado del reconocimiento e influencia que tiene Elsztain a nivel internacional y que contrasta con el bajo perfil con el que se maneja localmente. A pesar de que es el dueño de casi todos los shopping centers porteños y el principal accionista del Banco Hipotecario, en la Argentina su nivel de exposición pública es casi nulo, aunque la situación cambia radicalmente cada vez que cruza las fronteras.

Elsztain es posiblemente el empresario argentino con mayores contactos en el mundo de los negocios. Desde hace varios años tiene una asistencia perfecta al Foro Económico de Davos -donde en la última edición tuvo la difícil tarea de defender en una mesa redonda al país de los ataques de la dura número dos del Fondo Monetario Internacional, Anne Krueger- y como ningún otro argentino tiene llegada directa a varios de los hombres más ricos del mundo, que en muchos casos se suman como socios a sus proyectos locales.

La leyenda que se creó en torno a IRSA, la mayor empresa argentina de inversiones en bienes raíces, cuenta que Elsztain viajó a Nueva York en 1989 con el objetivo de convencer a George Soros -un financista de origen judio húngaro pero nacionalizado norteamericano que hizo gran parte de su fortuna especulando contra la libra esterlina- de que invirtiera en la Argentina, sin mayor carta de presentación que un par de propuestas para comprar tierras y edificios en el mercado local. Sin embargo, la historia real es un poco menos espectacular. Elsztain llegó a encontrarse cara a cara con Soros gracias a los contactos que fue desarrollando dentro la colectividad judía en Buenos Aires, que fueron los que le abrieron las puertas del poderoso empresario.

Con Soros, Elsztain trabajó durante más de diez años, hasta que el millonario del norte decidió canalizar sus inversiones hacia otros mercados más seguros. Según los hombres de IRSA, para Soros la Argentina resultó un excelente negocio y con sus inversiones durante los noventa ganó más de US$ 500 millones. Pese a esto, la relación entre ambos empresarios no terminó del todo bien y el detonante de la separación fue la decisión del norteamericano de especular con la compra y venta de bonos de la deuda argentina en el año 2000, cuando el país estaba a punto de caer en la peor crisis económica de su historia.

Más allá del espaldarazo que significó contar con el apoyo (y los millones de dólares) de Soros, la decisión de invertir en el negocio de bienes raíces era casi una imposición familiar para Elsztain. El abuelo de Eduardo, Isaac, había dado los primeros pasos en este mercado con la fundación, en 1943, de IRSA, que durante sus primeros años se consolidó como una de las principales inmobiliarias de Buenos Aires, aunque en los noventa, cuando Eduardo tomó el control de la empresa, apenas contaba con un capital de 100.000 pesos.

En el momento en que decidió hacerse cargo de los negocios de la familia, Elsztain recién había terminado el secundario en el Colegio Nacional Buenos Aires y estaba cursando los primeros años de la carrera de economía en la UBA. La carrera universitaria nunca la pudo terminar, pero con ayuda de Soros y su habilidad para desarrollar nuevos negocios fue construyendo un verdadero imperio inmobiliario, que hoy incluye a los principales shoppings de Buenos Aires (Alto Palermo, Patio Bullrich, Paseo Alcorta, Design Center y Abasto), campos ganaderos y agrícolas en todo el país (agrupados bajo la empresa Cresud), hoteles de lujo (Llao-Llao, Intercontinental y Sheraton Libertador) y varios edificios emblemáticos, como el Rulero de Retiro, el Laminar Plaza, de Catalinas, y su última adquisición, la torre de Microsoft, por la que hace unas semanas pagó 27 millones de dólares.

Para los próximos meses, además, tiene en proyecto inversiones por $ 300 millones que se destinarán básicamente al inicio de obras para levantar un par de centros comerciales en el barrio de Caballito y en la ciudad de Neuquén, y la construcción de un complejo de viviendas y oficinas en la ex Ciudad Deportiva de Boca. Como tantos otros empresarios argentinos que intentan ganar en escala, Elsztain ahora también puso la mira en Brasil. Para IRSA, en realidad, se trata de un regreso, ya que a mediados de los noventa la empresa había incursionado allí, asociada con un grupo local en los negocios de los shoppings y la administración de edificios de oficina. La vuelta al mercado brasileño, esta vez, se concretaría con Cresud, la compañía de inversiones agro-ganaderas del grupo, que ya está en busca de campos en el socio mayor del Mercosur.

Para financiar todos estos proyectos, el lugar que tenía Soros dentro del esquema de negocios del grupo IRSA fue ocupado por otros tres de los empresarios más ricos del mundo: Sam Zell -uno de los cinco mayores propietarios de inmuebles de los Estados Unidos-, Michael Steinhardt -dueño de uno de los principales fondos de inversión- y el propio Bronfman, que hizo su fortuna con la venta de la fabricante de bebidas Seagram y los estudios Universal.

Como en el caso de Soros, las relaciones personales jugaron un papel clave en la elección de los nuevos socios de IRSA. De hecho, a Bronfman, Elsztain lo conoció hace unos años en un bar-mitzva en Israel donde le comentó de las perspectivas de inversión que ofrecía el mercado argentino. Ese día Bronfman le dio su tarjeta y le pidió que lo llamara en tres días. Pocas semanas después el millonario norteamericano ya se había sumado como accionista de IRSA.

Círculo íntimo

Como muchos empresarios, Elsztain decidió rodearse de familiares dentro de sus compañías. Su hermano y mano derecha Alejandro Elsztain ocupa la gerencia general de sus principales negocios (IRSA, Cresud), mientras que otro de sus hermanos, Daniel, está a cargo de los centros comerciales y su primo Fernando maneja los negocios inmobiliarios.

Sin embargo, Eduardo también tiene un lugar reservado para sus amigos de la infancia, que a pesar de los años juegan papeles claves dentro de sus negocios. Clarisa Lifsic de Estol preside el Banco Hipotecario, mientras que Saúl Zang es el abogado de todas las empresas del grupo. El trío de amigos/colaboradores de Elsztain se completaba con Marcelo Mindlin, a quien conoce desde hace más de 20 años y que fue vicepresidente de IRSA desde 1991 hasta que, a fines de 2003, decidió apartarse del grupo para concentrarse en el desarrollo del fondo de inversiones Dolphin.

En la última semana Midlin saltó a las tapas de los diarios con la compra de Edenor, dentro de una estrategia de inversión que incluye el crecimiento de Dolphin en el sector de los servicios públicos. Elsztain, en cambio, siempre prefirió mantener el foco de sus negocios en los rubros que más conoce -inmuebles, finanzas y shoppings-, y esta diferencia de criterios fue la que desencadenó la separación de los dos amigos de la adolescencia.

Los que están cerca de Elsztain reconocen que, como en todo divorcio, la salida de Mindlin no estuvo exenta de algunos reproches, pero aseguran que los empresarios mantienen hoy una buena relación personal y profesional y que, de hecho, en los últimos meses, Mindlin invitó al número uno de IRSA para participar junto a Dolphin en varios negocios como las compras de Transener y Edenor. El bajo perfil que cultiva Elsztain en los negocios se acentúa a la hora de hablar de su vida privada. Desde 1991 está casado con la psicóloga Mariana Carmona, que no sólo se dedica a la crianza de sus cuatro hijos sino también al manejo del Museo de los Niños que funciona dentro del shopping del Abasto.

A pesar de que es dueño de gran parte de Puerto Madero y de barrios privados de lujo como la estancia Abril, Elsztain le sigue siendo fiel al barrio de Belgrano, donde nació y vivió toda su vida, y a la hora de irse de vacaciones elige la Patagonia. Por esta razón, hace unos meses concretó la compra de una estancia de 100 hectáreas en la península Quetrihué -sobre el Lago Nahuel Huapi- que comienza en Villa La Angostura y en cuyo extremo se encuentra el Bosque de Arrayanes. Según los rumores del mercado, por el campo habría pagado cerca de US$ 10 millones.

A la par de los negocios que cierra con IRSA y Cresud, Elsztain también lleva adelante una mucha más silenciosa tarea filantrópica. De su bolsillo financia a varias instituciones judías, como colegios, sinagogas y comedores, incluyendo el templo al que concurre habitualmente en el barrio de Belgrano. Además, preside la filial argentina de la prestigiosa fundación internacional Hiller. Esta entidad fue creada en 1917 en los Estados Unidos y se dedica a ayudar económicamente a jóvenes de la colectividad judía para que puedan completar sus estudios universitarios.

Como está claro, la religión ocupa un papel fundamental en la vida de Elsztain. Sus colaboradores aseguran que siempre fue una persona muy interesada por los temas espirituales, pero que en los últimos años fue profundizando su acercamiento a la religión e involucrándose más en las actividades del movimiento ortodoxo judío Jabad Lubavitch. De hecho, siempre cumplió con la tradición de respetar el sabat y dejar de trabajar los viernes en el momento en que aparece la primera estrella. Pero más allá de este hecho que le ganó las simpatías de sus secretarias y colaboradores que pueden calcular sin margen de error la hora y los minutos exactos en los que termina la semana laboral de su jefe, ahora hay otro detalle que da cuenta de la religiosidad de Elsztain. Desde hace un par de meses, el empresario decidió observar otro de los preceptos del rito judío y comenzó a usar a toda hora y en todo lugar la tradicional kipá.

Quién es: Belgrano ante todo

Eduardo Elsztain nació en Buenos Aires el 26 de enero de 1960. Está casado, desde 1991, con la psicóloga Mariana Carmona, con quien ha tenido cuatro hijos. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires, estudió economía en la UBA, aunque nunca llegó a recibirse. Es dueño de gran parte de Puerto Madero y de lujosos barrios privados, pese a lo cual prefiere residir en Belgrano.

Hombre de negocios

Su abuelo fue el fundador de IRSA, en 1943, por entonces una importante inmobiliaria que, con el tiempo, se convirtió en la mayor empresa argentina de inversiones en bienes raíces. Considerado uno de los mayores terratientes de la Argentina, es dueño de los principales shoppings de Buenos Aires y también el principal accionista del Banco Hipotecario.


¿PELIGRAN LA INTEGRIDAD TERRITORIAL Y LA DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA?

El diario "La Nación" de Buenos Aires ha publicado un notable artículo en su edición del día del domingo, 03-Julio-2005, (Sección 7, "Enfoques", pág. 6) bajo el título "Eduardo Elsztain: el dueño de la tierra", escrito por Alfredo Sainz en el que se brindan detalles muy interesantes sobre las actividades del Sr. Eduardo Elsztain, uno de los mayores terratenientes de la Argentina. Brinda un amplio perfil de Elsztain, a quien identifica como socio de Edgar Bronfman presidente del Consejo Mundial Judío (World Jewish Congress) y de George Soros, uno de los mayores especuladores usurarios del mundo.

Soros ingresó a la Argentina de la mano de Elsztain a principios de los noventa y tras "hacer buenos negocios" durante la Segunda Década Infame del menemato, se retiró no sin antes llevarse unos u$s 500 millones en ganancias de nuestro generoso país. Bronfman, a su vez, lo acaba de nombrar a Elsztain tesorero del Consejo Mundial Judío, poderosa institución supranacional pro-sionista.

Este artículo de "La Nación" merece ser leído por todo argentino auténticamente preocupado por el futuro del país. Muy especialmente, también debiera ser considerado por la colectividad judía de nuestro país ya que todos los ciudadanos que amamos esta Tierra, tenemos la obligación de informarnos acerca de las acciones favorables a los intereses del sionismo internacional que personalidades como Elsztain, Bronfman, Soros, el Gran Rabino Metzger (que nos visitara la semana pasada) y hasta el propio presidente Kirchner, entre muchos otros, parecieran estar realizando, por cuanto esas acciones son detrimentales para el país teniendo en cuenta que el objetivo ulterior declarado del sionismo internacional incluye tomar control y posesión de amplios sectores del territorio nacional argentino.

El creciente avance de este proceso sobre nuestro país en las últimas décadas se asemeja al proceso de avance gradual impulsado en Palestina en los años veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado, que en 1948 derivó en la vejación - incluso, genocidio - del pueblo palestino y el robo de sus tierras a manos del sionismo internacional. Ya puede percibirse una incipiente "Palestinización de la Argentina" con los consiguientes enormes peligros para toda nuestra población, que podría resultar en futuros conflictos en los que pudieran terminar pagando justos por pecadores.

En la misma edición de "La Nación" (Secc. Economía & Negocios, pag. 5) también nos enteramos que el 04-Julio-2005 se inaugura la 7ma. Conferencia Anual de la Fundación Endeavor bajo el lema "El acceso a los recursos clave para emprender Endeavor" durante la que expondrán quien es vez presidente de esta fundación, Eduardo Elsztain junto a Roberto Lavagna (ministro de economía y miembro fundador del CARI - Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales - la sucursal local del poderoso Council on Foreign Relations neoyorquino), junto a otros expositores.Para permitir una más profunda lectura del artículo de "La Nación" que trascribimos al final de este mensaje, resaltamos algunos datos clave:


¿UNA AMENAZA A LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO Y EN LA ARGENTINA?

Hemos descripto apenas un tramo muy pequeño, pero ilustrativo, de la red mundial que hoy maneja el Poder Real en el mundo. El autor de este breve comentario ha publicado un amplio ensayo describiendo cómo funciona esta red a nivel planetario y en nuestro país (ver "El Cerebro del Mundo: la Cara Oculta de la Globalización" - Ediciones del Copista, Córdoba, 4ª Ed., 2003, 470 págs.) y está próximo a publicar un complemento a este trabajo ("Bienvenidos a la Junga: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial").

Creemos que este breve ejemplo sirve para "echar un breve vistazo detrás del telón" de los eventos mundiales. Sirve para graficar la manera en que interactúan y se complementan ciertos miembros de estas complejísimas redes de Poder a través de empresas, ONG's, puestos gubernamentales e inserciones sociales, con el fin de lograr complejos objetivos en común a mediano y largo plazo. Si no se conoce esta realidad, se corre el riesgo de jamás acertar a comprender porqué ocurren ciertas cosas en el mundo actual y porqué - en la Argentina, al menos - cada vez estamos peores.

Consecuentemente, es un deber ciudadano interesarse por estos temas, ya que así se defiende la democracia, pues nos obliga a estar alertas ante el crecimiento y entronización silenciosa de poderosos intereses que logran secuestrar los ejes clave sobre la economía, las finanzas, la política, los medios de difusión e información, los partidos políticos y las estructuras educacionales en nuestro país. No debe permitirse que miembros de ninguna minoría ejerzan poder excesivo sobre estos ámbitos, especialmente si lo hacen aliados a poderosas estructuras inter- y supranacionales. Precisamente, la Democracia es el gobierno de la voluntad de las mayorías y no el de las minorías.

Efectivamente, en materia de Democracia, los números hablan y deciden (o al menos, así debieran hacerlo). Si consultamos el sitio del Museum of the Jewish People (www.bh.org.il - Beth Hatefutsoth / The Nahum Goldman Meseum of the Jewish Diaspora), observaremos que las cifras ahi consignadas son elocuentes y dificilmente se condicen con la inusitada influencia ejercida por sectores pro-sionistas en el mundo en general, y en la Argentina en particular. A título de ejemplo, consignamos dos datos fundamentales tomados de este sitio en Internet para consideración del lector:

• El total de población judía mundial es de 13.295.200 almas, apenas el 0,2% de la población mundial de 6.500.000.000). No queda claro por qué razón una parte tan pequeña de la población mundial ejerce determinante influencia sobre las principales estructuras de Poder mundiales como, por ej., los máximos estamentos del gobierno de Estados Unidos (política exterior y militar), el Banco de la Reserva Federal, el Banco Mundial, la banca privada en general, los medios de comunicación social y diversos lobbies y grupos de presión.

• El total de población judía en la Argentina es de 198.000 almas, apenas el 0,52% de la población nacional de 38.000.000. Nuevamente, no queda claro por qué razón una pequeñá minoría poblacional ejerce tamaña influencia en nuestro país como la que describe "La Nación". Dicha minoría goza - y debe gozar - de exactamente los mismos derechos que todo otro ciudadano argentino. Ni más ni menos. Pareciera, entonces, que - tal como indica el titular de "La Nación" - el haberse convertido crecientemente en "los dueños de la tierra" no es un derecho legítimo de ninguna minoría en nuestro país, máxime si se inserta esto dentro de la amplia y compleja realidad geopolítica que afecta a la Argentina.

Resulta necesario y saludable para todo el pueblo argentino - la gran mayoría de la comunidad judía incluída - que se abra un gran debate nacional sobre este proceso claramente anti-democrático que hoy afecta los destinos de la Argentina.

Ruego máxima difusión del presente.

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